domingo, 3 de octubre de 2021

Caltanissetta

 Caltanissetta


Por @stellamarisleonegeraci

"Habla tomado la decisión de emprender su viaje, ese que se había pospuesto por ser joven, por ser la novia de..., la esposa de..., por ser madre, por su trabajo, por ser la madre de sus padres, ahora estaba sola nuevamente, se había separado hace años, sus hijas vivían solas, sus padres habían fallecido, le sobraban unos cuarenta años, pero no le importó".

Planificó todo con tiempo, sacó el pasaje, reservó el hotel, Sicilia la esperaba sus abuelos eran de ahí, el resto era buscar las huellas de sus antepasados, compró una valija grande, ordenó la ropa que se llevaría, algo de abrigo, algo liviano, guardo la valija en el placard; invitó a sus hijas a almorzar el domingo, para darles la noticia; sabía que no aprobarían su viaje.

Pidió su taxi rumbo al aeropuerto, sus hijas la fueron a despedir, entre besos y abrazos le dijeron que la esperaban en unos días, ellas no sabían, que no había sacado pasaje de regreso.

Instalada en el hotel, se tomó unos días para recorrer la ciudad, planificar el resto de su viaje, alquiló un auto, para ir al pueblo de su abuela "Caltanissetta", ahí empezó a averiguar sobre su familia, comenzó a hablar con unas y otros, accedió a unos registros antiguos, ya era tarde para volver al hotel, manejar de noche no le gustaba, Catterinna, una mujer mayor que la acompañó en su recorrido, la invitó a quedarse en su casa, mientras le preparaba una cena tradicional siciliana le contaba historias y esperaban a Roberttino su hijo, después de la cena compartió una charla agradable con él, a pesar que su italiano no era muy fluido.

Roberttino le  mostró las afueras de Caltanissetta, el lugar era soñado para ella, él le contó que vivió muchos años en Roma y en Paris, tiene dos hijos y nietas, que ve todos los meses, uno vive en Florencia, el otro en Nápoles, con los años hizo las valijas, volvió al origen, necesitaba calma y éste era el lugar perfecto; le  propuso a Isabela quedarse un tiempo, en Caltanissetta, ella volvió al hotel, pagó la cuenta, tomó su valija, regresó con Roberttino al pueblo.

Cada nuevo lugar que conocía le envía las fotos a sus hijas, ellas sólo le preguntaban ¿cuándo volvía?; esa mañana cuando se levantó le envío a sus hijas una foto de ella y Roberttino juntos.



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