El fauno
Por @stellamarisleonegeraci
Recostada en la calle del abandono, día a día, veía pasar el silencio de las voces, que susurraban palabras perdidas, fue ahí, cuando tomó la decisión de salir a buscar el camino de las encrucijadas, del que todos hablan y pocos conocen, ella si sabía de encrucijadas, el fauno le había dicho que ese camino alumbra la puerta rosa de entrada al mundo.
Buscó la llave antigua que guardaba con mucho cuidado en su bolsillo derecho roto por tantos años de lágrimas negras, que le había dado el fauno al salir del laberinto, fue en ese momento que vio ante sus ojos la puerta rosa prometida, caminaba hacia ella, con una sonrisa en los ojos, cómo hacía tiempo no tenía, sólo el fauno la hacía reír a carcajadas.
Ante la mirada ciega de los transeúntes, abrió la puerta, dio el gran paso, cruzó el umbral, se sintió feliz, el fauno la estaba esperando, le tomó la mano y juntos subieron las escaleras, en la terraza improvisada en salón de fiesta, a la luz de las velas, cenó, cantó, bailó, rió, todo era color de rosa cómo le había prometido que sería, el siempre cumplía sus promesas, ahí supo, que ya estaba en casa.
Una lluvia de pétalos rojos la rodearon, cuándo su cuerpo golpeó el asfalto, sus ojos todavía reían.
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