Un cuento de navidad
Ahí estaba con sus ojos que casi se cerraban por el
sueño y cansancio de los juegos del día, pero debía esperar, eso le habían
dicho, que debía esperar a que llegara
Papa Noel, él se preguntaba ¿porqué debía esperarlo levantado?, pero todos
estaban tan emocionados, que así fue, se dispuso a esperarlo, él también.
Corrió entre las sillas, miro algo de televisión,
jugo a los jueguitos de cada celular que encontró, se acostó a los pies del árbol
de navidad a ver como las luces prendían y apagaban, apagaban y prendían, era
un juego sin fin que lo tenía hipnotizado, casi sin darse cuenta; que su madre
lo llamaba para que saliera al parque a ver los fuegos artificiales y no se perdiera
la llegada de Papa Noel, pero él seguía ahí viendo las luces en su danza de
colores.
Hasta que en un momento, salió corriendo de la casa,
mientras gritaba con toda su voz -¡Ya
llegó!!! ¡Ya llegó!!! ¡Ya llegó!!!-
Todos, lo miraron y le dijeron -si acá está y te trajo un regalo-, él los miró con sus ojos
negros, profundos e inocentes, con esa mirada que tienen los niños de cinco
años, y les dijo -No, él esta en el pesebre,
junto a su Mamá y su Papá.-
Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica, Fotógrafa, Escritora
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