La cena

 La cena

Vídeo Poema de y por @stellamarisleonegeraci

Realizado en @estudiotallergaleria

Villa Raffo, Tres de Febrero.

Buenos Aires, Argentina

Año 2021

Rayuela

 Rayuela

Por @stellamarisleonegeraci

"La vida es cómo la rayuela, a veces estás en el cielo otras en el infierno, vivo a los saltos de la economía, del amor, de las crisis personales, sociales, y ahora la pandemia".

Esa casa abandonada era un buen refugio para pasar unas noches, se metió por una de las ventanas que estaban rotas, todavía quedaban muebles, acomodo su cuerpo en una de las camas y se durmió, se quedó varios días, mientras recorría la casa, fue descubriendo su historia, fotos de quiénes vivieron ahí, libros, por alguna extraña razón, comenzó a ordenar cada ambiente, en uno de los roperos había ropa pasada de moda, estaba sana, se la puso, y salió a buscar algo de comida, todavía le quedaban unos pesos de su último trabajo, la ropa le daba un aire excéntrico.

Al volver se cercioró que nadie la viera cuando entraba, la biblioteca era su lugar preferido, cambio algunos muebles de lugar, con trapos viejos y una manta antigua arregló un viejo sillón destartalado para leer, en uno de los muebles descubrió varios diarios íntimos, al principio dudo en leerlos, María Paula tenía 16 años cuando quedó embarazada, su mamá le ponía una faja, para qué no se le notara su panza, así podía seguir concurriendo a la escuela, cuando estuvo cerca la fecha del parto la enviaron a Italia con unos parientes que nunca había visto, sus padres habían arreglado todo, una prima que no podía tener hijos se quedaría con la bebe, cuando nació Sophia, se la dieron a la prima, nunca más la volvió a ver, a su regreso María Paula no fue la misma, en la última página se despedía de su hija, con mucho amor dolor.

En una de sus salidas a buscar algo para comer, una mujer la miró, le comentó que se parecía a María Paula, no le respondió, la miró con una leve sonrisa, en otro lugar vio un cartel donde pedían una empleada para tareas generales medio día, el trabajo era suyo, decidió que era el momento de habitar la casa, abrió la puerta y las ventanas, la luz hacía brillar cada ambiente; con los días limpió el jardín secreto, la ropa de María Paula, le daba el aire exótico, que necesitaba, para habitar la casa, una vecina se paró frente a la puerta del jardín, le dijo - Hola soy Sophia, pase-, la vecina la miró, le preguntó -¿sos la hija de María Paula? -, ella asintió, hablaron largo tiempo y le regaló unas plantitas que había reproducido, siempre tuvo buena mano para las plantas, con el pasar de los días todos la saludaban como a alguien que siempre vivió en esa casa.

El fauno

 El fauno

Por @stellamarisleonegeraci

Recostada en la calle del abandono, día a día, veía pasar el silencio de las voces, que susurraban palabras perdidas, fue ahí, cuando tomó la decisión de salir a buscar el camino de las encrucijadas, del que todos hablan y pocos conocen, ella si sabía de encrucijadas, el fauno le había dicho que ese camino alumbra la puerta rosa de entrada al mundo.

Buscó la llave antigua que guardaba con mucho cuidado en su bolsillo derecho roto por tantos años de lágrimas negras, que le había dado el fauno al salir del laberinto, fue en ese momento que vio ante sus ojos la puerta rosa prometida, caminaba hacia ella, con una sonrisa en los ojos, cómo hacía tiempo no tenía, sólo el fauno la hacía reír a carcajadas.

Ante la mirada ciega de los transeúntes, abrió la puerta, dio el gran paso, cruzó el umbral, se sintió feliz, el fauno la estaba esperando, le tomó la mano y juntos subieron las escaleras, en la terraza improvisada en salón de fiesta, a la luz de las velas, cenó, cantó, bailó, rió, todo era color de rosa cómo le había prometido que sería, el siempre cumplía sus promesas, ahí supo, que ya estaba en casa.

Una lluvia de pétalos rojos la rodearon, cuándo su cuerpo golpeó el asfalto, sus ojos todavía reían.

El juicio

 El juicio

Por @stellamarisleonegeraci

Después de tantos años de exclusión social, volvió a reclamar lo que le pertenecía, ella había sido parte también de la creación de todo lo que él poseía, ella ahora quería recuperar su lugar en la sociedad, no lo iba a dejar cómo hizo antes, sabía que tenía derechos.

No era la única qué reclamaba su lugar, ella también quería que limpiaran su nombre, ella no era culpable del crimen del que la acusaban acusan a pesar del tiempo, estaba cansada de ser señala por todos.

Las dos mujeres se unieron en su lucha, todas las mujeres se unieron a ellas, hubo marchas en el mundo, los medios hablaban de ellas y con ellas; él pedía su derecho a réplica.

En el momento de los alegatos finales su abogado decía que ellas habían firmado un contrato pre matrimonial y sabían cuáles serían las consecuencias, no podían venir, después de tantos, tantos años a reclamar "su lugar", ¿qué lugar?, "son sólo mujeres"; las abogadas de ellas, demostraron qué las pruebas presentadas contra sus defendidas eran mentiras, su único crimen era "su condición de mujer", como sostuvo el abogado "son sólo mujeres" y sólo por eso fueron excluídas, acusadas cómo tantas mujeres.

Por primera vez su abogado tenía preocupación en su rostro, él lo miraba con reclamo; el mundo, el universo estaba pendiente de éste juicio; cómo en todo la grieta se instaló, las abogadas de ellas sabían que sin importar sus resultados hoy el mundo sabía la verdad.

La Justicia por primera vez se quitó la venda, los hizo parar a Adán y a su abogado Dios, les hablo desde su lugar de igualdad de género, del maltrato que habían recibido Lilith y Eva acusadas de no ser sumisas al patriarcado; es tiempo que la historia se vuelva a escribir, ellas ocupan el mismo lugar en la creación; desde hoy se borra de todos los libros las acusaciones contra Lilith y Eva, se las coloca en la misma condición de igualdad, además no son la costilla de Adán.

En el mundo, en el universo celebraban, se dice que algunas Diosas del Olimpo están viendo la posibilidad, de tomar acciones contra los dioses.

Ana Palmira

 Ana Palmira

Por @stellamarisleonegeraci 

Encendió una vela a sus muertos, mientras recitaba sus mantras, buscó el dinero y una muda de ropa; les pidió perdón por no llevarlos, miró el reloj, ya era la hora, salió a oscuras, en la terraza trepó por las medianeras, las conocía cómo la palma de su mano, no era la primera vez qué lo hacía, si la última.

Caminó. varias cuadras, hasta tomar el tren, apretó la mochila junto a su cuerpo, se acurrucó en el asiento, mientras veía pasar las estaciones, a los sin nombre que viven al costado de la vía, en la terminal cambió su ropa, se subió a otro tren; por la ventanilla tiró la ropa; al llegar a la estación  preguntó por la pensión de Palmira.

Golpeó la puerta, Palmira tenía el aspecto de las matronas de pueblo, que describían en los libros que leía desde chica, la miró de arriba a abajo sin decir una palabra, la hizo pasar al comedor donde estaba sirviendo la merienda para las demás pensionistas, las miró y les dijo ella es Ana, la nueva pensionista, todas la saludaron, se presentaron Rosa, Claudia, Lucy, Patri, Alicia, Marcela, continuaron con su merienda había torta de choacolate; instalada en su cuarto, sólo compartía el baño con Patri, se tiró en la cama estaba tan cansada que se durmió al instante, Palmira la tapó con una frazada para que no sintiera el frío de la noche.

Se despertó temprano, escucho ruidos, que venían de la cocina, era Palmira que empezaba a preparar todo para el desayuno, comenzó a ayudarla, tenía buena mano para la cocina y a Palmira no le venía mal la ayuda extra, ninguna dijo nada, el silencio fue un gran cómplice, en el desayuno todas felicitaron a Ana por las galletitas; mientras reían y hacían bromas.

En la tele hablaban de la desaparición de una joven, el celular y los documentos están en la casa, su pareja, la la familia de la joven pedían en los medios por Steffi, Ana sintió que el cuerpo se le escurría, Palmira apagó la televisión diciendo -es temprano para oscurecer el día-; Patri preguntó que había para el almuerzo; todas miraron a Palmira y ella la miró a Ana su nueva ayudante de cocina.