domingo, 19 de diciembre de 2021

Nacimientos

 Nacimientos


Por @stellamarisleonegeraci


Cada tanto su mente la hace volver al pasado, y recordar sus nacimientos, no ese en el qué fue parida por su madre, si cuando se parió a si misma, el día qué entró en la cárcel, fue un nacimiento con dolor, no tenía opciones si quería vivir, así forjó su vida durante 20 años, hizo la escuela, aprendió a coser, hacía vestidos, para sus compañeras, las guardias, que regalaban a sus familias, hasta hizo un vestido de novia, para una ex interna; el día qué salió de la cárcel, fue un nacimiento de luz, había juntado unos pesos, con la costura, no era mucho pero podía ser suficiente, para empezar de cero, afuera la esperaba la abogada qué conoció en prisión y tomó su caso, antes no se hablaba de eso de "violencia de género", o te mataban "por pasión", o matabas por tu vida.


Su abogada la ayudó a instalarse, junto a otras mujeres, todas tenían una historia que no querían recordar, decidió qué no volvería a coser, esa vida, ya se había terminado, comenzó a ayudar en la cocina de un pequeño restaurante del pueblo, así de apoco aprendió a cocinar distintos platos, postres; copiaba recetas de los programas de televisión.


Con los años compro una antigua casa, lo primero que instaló fue la cocina, así podía seguir cocinando sin tener que trabajar para otro, con el tiempo fue arreglando el resto de la casa, sin tener mucha idea, que haría con ella.


Una voz interrumpió sus recuerdos -Palmira, voy al mercado, ¿necesitas algo más?-. 




jueves, 9 de diciembre de 2021

La dama del mar

 La dama del mar


Por @stellamarisleonegeraci


A ella le gusta pasear en las mañanas por la playa, que el viento le de lleno en la cara, su pelo flote con la brisa, la espuma de mar tapa sus huellas, los perros le ladran a las olas, el horizonte se pierde entre la bruma, hizo su ofrenda de flores blancas, limpió sus gemas en el mar, las dejó secar sobre un paño blanco en la orilla, cerca de ella había unos caracoles y una estrella de mar qué la marea había traído a la orilla, con mucho cuidado las juntó, las colocó sobre el paño blanco.


Los perros se tiraron a su lado a dormir, una joven  que iba corriendo al ver su paño se detuvo, tomó el ónice negro entre sus manos, una sensación extraña la embargo, Sabina le dijo -es un recuerdo de tu vida pasada-, se quedaron hablando un tiempo, antes de irse le regaló la gema, le dio unas indicaciones, mientras se perdía en el infinito de la costa, con los perros que bailaban a su alrededor.


Cada mañana repetía su ritual, una de esas mañanas

un hombre se acercó a ella, el siempre la veía desde lejos hacer su rutina, tomó un cuarzo rosa entre sus manos, Sabina lo mira y le comenta -es la piedra del amor, es tuya, te la regalo-, él se sorprendió, le dio las gracias, se levantó y comenzó a caminar, él la acompañó en el camino, Sabina se despidió y se interno en el mar junto con los perros, hasta que desaparecieron de su vista.


A la mañana siguiente y la siguiente y la siguiente ahí estaba repitiendo su ritual, sólo que  ese día los dos entraron juntos al mar.


Después de varios días encontraron el cuerpo de él entre las piedras del acantilado, en su mano izquierda tenía un cuarzo rosa; todos dijeron que era otra víctima del fantasma de "la dama del mar".





jueves, 2 de diciembre de 2021

La tormenta y la calma

 La tormenta y la calma


Por @stellamarisleonegeraci


Dicen que después de la tormenta llega la calma, por ahí deberíamos preguntarnos ¿cuál es la tormenta?, ¿cuál es la calma?.


Todxs somos la tormenta y la calma al mismo tiempo y vivimos en la tormenta  que nos mantiene, en el hilo mental que vive en nuestro adn de los patrones aprendidos de generación en generación.


Todxs buscamos la calma,  entre los resquicios de nuestra mente, que deja la tormenta; así cómo en la carta del Tarot "La Torre" nos obliga a limpiar nuestras estructuras mentales; qué vienen con nosotrxs, para poder desprender lo aprendido..


Después de la tormenta llega la calma y en un "Jardín Secreto" podemos apreciar las flores de colores saturados en formas geométricas, que brillan en el prisma de una gota de agua, acumulada en el borde de una nervadura, hasta podríamos decir que nada pasó y que todo pasó; porque sin calma no hay tormenta y sin tormenta no hay calma.